¿COMO Y CUANTO DAÑAMOS EL MEDIO AMBIENTE? Muchas personas se refieren a la protección del medio ambiente como si fuera responsabilidad exclusiva de los políticos y las empresas. La realidad es que todos aportamos nuestro granito de arena al deterioro del planeta, tanto en nuestra faceta de productores como en la de consumidores. Vamos a referirnos a nuestros hábitos de consumo habituales. Vamos a repasar brevemente los procesos de consumo que realizamos a diario y que dañan el medio ambiente; también proponemos un sencillo test para saber cuál es nuestra aportación personal al expolio de nuestra sufrida Tierra. Autos. Basta con decir que son los principales responsables de la emisión de gases de efecto invernadero, que a su vez son los responsables del cambio climático. La mayor eficiencia que van consiguiendo los fabricantes queda eclipsada por el aumento del número de vehículos. Calefacción. Cuando se basa en el consumo de electricidad, el impacto ambiental es mayor que cuando se basa en el consumo de gas. Residuos. A pesar de la teórica expansión de la conciencia medioambiental, el sistema económico va introduciendo pautas de producción y consumo claramente insostenibles. Uno de los mejores ejemplos de ello es el de la generación de residuos. Al daño provocado por el aumento cuantitativo en el consumo se añaden nuevos hábitos perjudiciales; por ejemplo: la mayor facilidad para adquirir productos como los electrodomésticos, conlleva el que muchas personas prefieran adquirir una lavadora o un lavavajillas nuevo antes que reparar el que se les ha estropeado. Papel. La FAO (dependiente de Naciones Unidas) pronostica un aumento en el consumo de papel en el mundo del 80% para el año 2010 en relación a 1998. Este incremento de la demanda se viene satisfaciendo con la tala de bosques naturales, con la plantación de cultivos forestales (muchas veces localizados en zonas donde producen un elevado impacto ambiental) y con el reciclado del papel usado. Aunque siempre es mejor usar papel reciclado, no hay que olvidar que la mejor opción es reducir el consumo de papel. De hecho, la obtención de papel reciclado implica procesos de fabricación y transporte que generan un impacto ambiental similar al del papel normal. Electricidad. Una buena parte de nuestro consumo diario de electricidad procede de centrales térmicas, que en su proceso de combustión de combustibles fósiles contribuyen decisivamente a la creación de problemas ambientales: primero se reconoció que provocaban el smog, luego la lluvia ácida y más recientemente el cambio climático debido a las emisiones de gases de invernadero. Otra parte procede de la energía nuclear, cuyos riesgos para la seguridad e hipotecas para el futuro en forma de residuos peligrosos son de todos conocidos. En otros países es también importante el porcentaje de energía eléctrica procedente de centrales hidroeléctricas, que exigen la construcción de embalses; los embalses son una de las infraestructuras más lesivas para la naturaleza, ya que inundan valles, afectan muy negativamente al caudal, flora y fauna de los ríos e impiden el tránsito de la fauna, perjudicando sobretodo a mamíferos depredadores.
didas de cosechas, pérdidas de animales, etc.
